viernes, 8 de enero de 2016

Diario: Los Simpson. Temporada 2, capítulo 21. "Tres Hombres y una Historieta"


¡Hola a todos! Como ya les dije hace poco, entramos en la recta final de esta temporada. Luego del gran capítulo que fue "La guerra de los Simpson", hoy nos toca uno incluso mejor, con un nivel de comedia, chistes y parodias envidiables, una historia sencilla pero que engancha de principio a fin, y una moraleja final tan importante como simple, así que vayamos de una buena vez a analizar este episodio.

(A partir de aquí, SPOILERS)

Empezamos el episodio con la familia Simpson yendo a una exposición de cómics, en la que luego de tener varios chistes y referencias memorables al género de superhéroes y los cómics, sobretodo cuando Bart se disfraza de "Bartman" por primera vez en la serie, se nos introduce a uno de los más grandes héroes del niño Simpson: el Hombre Radioactivo, un superhéroes de historieras que es e personaje favorito de Bart. El chico descubre entonces durante la convención de cómics que el tipo de las historietas (Hay que decirle así, nunca revelan su nombre), que por cierto esta es su primer aparición en la serie (Punto extra para el capítulo por introducir un nuevo secundario de lujo), tiene el volumen Nº 1 del Hombre Radioactivo. El primer cómic existente, la reliquia más preciada. Los que leen cómics (No es mi caso, pero conozco gente que si y entiendo lo importante que son para ellos) sabrán a la perfección cual es la sensación y deseos de Bart de tener esa historieta, y como sería capaz de lo que sea para conseguirlo. Desafortunadamente, como el cómic cuesta 100 dólares, y Bart apenas tiene unos 25, luego de rogarle y fracasar al intentar querer conseguir el dinero de Homero, busca la forma de conseguir más, a tal punto que debe trabajar para una anciana que le pagará por toda su ayuda. Así es como vemos lo mucho que el chico se esfuerza, arrancando malas hierbas de jardines, limpiando canaletas de techos, y otras tantas tareas desagradables.  Y a eso agreguemos la tortura del yodo ¡El yodo no, el yodo no! Y bueno, ahora dirán: Bart consigue el dinero, aprende el valor de esforzarse, consigue el cómic y... NO, nada de eso. Todo sale mal. Después de tanto trabajo, la mujer le da solo 50 centavos, y el 35 pese a la plata que fue juntando por diferentes razones, apenas llega a los 35 dólares, aun muy lejos de poder comprar su cómic. Pareciera que conseguirlo será imposible, y todo quedará en un sueño jamás cumplido.


Sin embargo, a Bart se le ocurre entonces la mejor idea posible, o lo fue al menos en un principio (Ya explicaré el porque de esto): al ver que Milhouse y Martin también quieren comprar el cómic, en especial este último (Milhouse más bien estaba de paso y le gustó la idea), el les sugiere que juntando el efectivo de los 3 podrían comprar el primer volumen del Hombre Radioactivo, a lo que aceptan de inmediato. Parece que habrá final feliz y ¡Uuupps! Momento, ¿Quién se lleva la historieta a casa? Así es, un pequeño detalle que ninguno tuvo en cuenta, es que al haberlo comprado juntos, el cómic es por derecho tanto de Bart como de Milhouse como de Martin. Los 3 lo quieren, y a los 3 les corresponde poder tener el cómic, pero ese es precisamente el problema. Si lo compramos entre todos, ¿cómo podrá tenerlo uno solo? Los chicos al querer irse cada uno a su casa y tirar al mismo tiempo de la historieta se percatan de su problema. El tipo de las historietas se asoma por la puerta de su local y les advierte "Hicieron una inversión peligrosa", y se retira con risa macabra y todo incluido, junto con los relámpagos y la música terrorífica de fondo. Absolutamente hilarante. A partir de aquí, tenemos un tercer acto divertidísimo (Si, increíble como gran parte de la historia se centra en los problemas de Bart para conseguir el cómic y el último tercio del episodio a su vez el problema de no poder compartir y conservarlo para ti mismo), en el que Bart, Milhouse y Martin pasa la noche en la casa del árbol, con una tormenta fuerte, truenos y una atmósfera tensa para mejorar las cosas. Fabuloso como unos simples dibujos animados logran crear más tensión que las películas de terror actuales. No sé si eso significa que esta serie es demasiado buena en todo (Bueno, más bien lo era), o que el género de terror actualmente está en un declive considerable. Pero volvamos, que me desvío a otras cosas. Los 3 chicos, aunque no lo crean, empiezan a ponerse realmente paranoicos. Cada uno quiere quedarse con la historiera, y ve a los otros como sus enemigos, por lo que las bromas en esta parte están aseguradas. Y la conclusión no puede ser más perfecta: Martin esta atado a una silla (Por haber querido ir al baño jaja), mientras que Milhouse y Bart pelean. De repente Van Houten queda colgando del brazo de Bart, y su manga empieza a romperse. Va a caerse de la casa del árbol a varios metros de altura (Si, no va a morir ni nada de eso pero es una gran caída de todas formas), y Bart piensa ayudarlo, hasta que el viento vuela la historieta y la deja enganchada al borde de la entrada de la casa del árbol, a poca distancia de Bart, pero no lo suficientemente cerca. ¿Milhouse o el cómic? Elige a su amigo, claro, pero a un alto costo, el peor posible para los 3 chicos. La historieta del Hombre Radioactiva cae y es destruida (Se moja, cae en el barro, la muerde Huesos, ¡Hasta le cae un rayo!), y todos se quedan sin su preciado premio. ¿La moraleja? Muy sencilla, el propio Bart la dice: "Trabajamos tanto y ahora todo se perdió. Terminamos con nada porque nosotros no supimos compartir". Más claro, agua. De esta forma concluye este grandioso capítulo, con la página final de la historieta del Hombre Radioactivo sobre el nido de un pájaro, y el héroe en una viñeta diciendo: "Bueno, el mundo esta a salvo de nuevo. Pero, ¿Por cuánto tiempo?" The End. Aplausos, aplausos. 


Claramente es un capítulo grandioso, con una historia que pese a no ser de lo más compleja nos regala una enseñanza básica pero que siempre olvidamos acerca del egoísmo y como la falta de compañerismo y el no saber compartir puede provocar en consecuencia que al final nadie logre conseguir lo que tanto anhelaba. Añadamos a eso mucha comedia, la introducción del tipo de las historietas, y la divertida relación que vemos entre Bart, Milhouse y Martin, y tenemos una joya imprescindible de la serie. Antes de finalizar, mencionar algunos de los momentos más graciosos: cuando Bart y Lisa mencionan que Casper parece el fantasma de Ricky Ricón, ¡SOY BARTMAN!, lo de Homero al hablar de la Maravilla porque esta buena y menciona que "Puede atarlo con el lazo cuando ella quiera", Miguel El Ángel, cuando Bart se queda callado y una voz en off hace la narración de un momento de su vida como en tantas películas, un recurso que se usa seguido, y Homero le ordena que deje de hacer eso, el hermano de la anciana que fue soldado y le explotó una granada por tenerla demasiado tiempo en la mano, la risa malvada del vendedor de historietas y toda esa escena en general, cuando Bart, Milhouse y Martin empiezan a decidir quien tendrá la historieta dependiendo del día de la semana, organizando todo tipo de desafíos y haciendo preguntas estúpidas (¿Y que hay del cero?), cuando Marge le dice a Homero que revise si los niños están bien, mira por la ventana, ve que Bart y Milhouse están peleando y le responde a Marge "Ya los vi", cuando se mete agua al auto de Homero, y muchos otros grandes momentos. Definitivamente es un tremendo capítulo, que disfruté a montones. Ahora solo nos queda un episodio para terminar esta temporada ¿Y el próximo del Diario cual será? Sangre nueva. Pronto reseñaré este final de temporada, y veremos si es o no un cierre a la altura. Hasta entonces, dejen su opinión de este capítulo. Se cuidan amigos, nos vemos!

NOTA: 10/10

2 comentarios:

  1. ah recuerdo ese capitulo, muy interesante

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    1. Si, definitivamente es un gran capítulo. Y gracias por comentar como siempre!

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