domingo, 25 de febrero de 2018

Crítica de 'La fiera de mi niña'

                            

¡Hola a todos!
En este blog, más de tres años después de su creación, apenas hemos hablado de cine clásico. Una auténtica calamidad se mire por donde se mire. Pero eso tiene fácil remedio, así que vamos allá con el comentario de una de las comedias clave del cine: nada menos que 'La fiera de mi niña', de Howard Hawks.


La película se estrenó en el año 1938 y trata de un paleontólogo que trabaja en un museo (el bueno de Cary Grant) que necesita un determinado hueso para completar su trabajo de construcción de un dinosaurio de varios años. En un campo de golf conoce a una mujer (Katharine Hepburn) que se enamorará de él y le hará la vida imposible, intentando a toda costa que el pobre hombre no consiga sus objetivos. Además, le pedirá ayuda con un pequeño problemilla que le surge relacionado con un leopardo (Por si alguien no la ha visto, no mecionaré por qué está Cary en el campo de golf y cómo están relacionados los personajes entre sí).

                              

Nos encontramos ante una fenomenal screwball comedy: alocada, muy entretenida de principio a fin, divertidísima, hasta surrealista en algunos momentos y llena de escenas para el recuerdo (¿Cómo olvidar esa mítica canción de Katharine I can't give you anything but love, Baby o el insuperable final?)

Se trata de una cinta que rebosa talento por los cuatro costados:
En primer lugar, me parece muy sólida la dirección del versátil Howard Hawks (un cineasta que te puede hacer un día 'El sueño eterno', al siguiente 'Río Bravo' y al otro 'El sargento York'). Maneja el timing cómico como un maestro.

                           

En el reparto brillan (¿cómo no?) unos Cary Grant y Katharine Hepburn en su salsa. No por nada estos dos sujetos eran auténticas estrellas de Hollywood que te levantaban una película con su sola presencia.
Adoro la relación que se forja entre los dos (tan encantadores) y cómo Katharine se las hace pasar canutas al amigo Cary. La química que surge entre ellos es envidiable.
Aparte de las dos estrellas de la película (tres si contamos a Baby "interpretado" por el leopardo Nissa) destacaría a Barry Fitzgerald como el desternillante jardinero borracho de cierta casa.

                                            

Además, también aparece Ward Bond en un pequeño papel como policía. ¿Qué más se puede pedir?

Como puntos negativos tal vez diría que me parece que el ritmo flaquea en algunos momentos (pocos) a pesar de su corta duración y algunas situaciones humorísticas no están tan bien logradas como otras.

En conclusión: clasicazo, una comedia romántica de las buenas, de las que escasean hoy en día. Muy recomendable.

¿A vosotros qué os parece?
¡Un saludo!

                                               

5 comentarios:

  1. un clasico increoble, y la quimica entre ellos es insuperable, como siempre que se juntaban (“La gran aventura de Sylvia-1935-, Vivir para gozar-1938-,y claro esta, la descomunal Historias de Filadelfia-1940-)

    Y también geniales Charles Ruggles, Barry Fitzgerald, May Robson y Walter Catlett

    Howard Hawks uno de los mas grandes.

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    1. Totalmente. Historias de Filadelfia además on Jimmy Stewart reforzando el asunto.

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    2. eso si era un reparto descomunal, y no lo que te venden ahora

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  2. Hola Logan si bien no he visto la pelicula me alegra no estar solo en el blog. Te mando saludos y que la pases bien.

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    1. Hola Franco!!
      Te la recomiendo mucho.
      Sí, he decidido darle un empujoncillo, estoy preparando varios posts. Así que genial que seamos dos.
      Un saludo!!

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