jueves, 19 de noviembre de 2015

Diario: Los Simpson. Temporada 2, capítulo 17. "Nuestros años felices".


¡Hola a todos! Continuamos analizando la serie protagonizada por la familia amarilla. Después del pequeño declive que tuvimos con "El perro de Bart reprueba", la serie se recupera y nos trae un capítulo muy superior en todos los aspectos. Y no solo eso, sino que estamos ante uno de los mejores episodios de lo que va de la serie, y aunque probablemente de los que hemos visto hasta el momento el mejor de todos es "¿Dónde estás, hermano mío?", este creo que esta casi al mismo nivel, ya que tenemos una historia muy sentimental y emocionante (Creo que de las mas emotivas de lo que va de la serie), combinada con una historia divertida cargada de muchos chistes originales e inolvidables, así que sin mas preámbulo, comencemos con este maravilloso capítulo. 

(A partir de aquí, SPOILERS)

El episodio empieza con la familia Simpson dejando al Abuelo de regreso en el Asilo de Springfield luego de un paseo juntos. Empiezan a hablar sobre la vejez, y Homero se percata de que algún día el también será viejo, y al no estarle dando a los hijos un buen ejemplo sobre como tratar a la gente mayor, en el futuro seguramente ellos también lo dejarán en un Asilo, y para evitar que a él le pase lo mismo que al padre, decide que de ahora en adelante predicará con el ejemplo y se asegurará de que cada semana que salen de paseo con el abuelo, lo disfrute como nunca, y a él y el resto de la familia se les ocurre que en el próximo paseo pueden ir al Zafari de leones con descuento.
Mientras tanto, el Abuelo conoce en el Asilo a una mujer llamada Betty, y la química entre ambos la vemos desde el primer minuto. Se enamoran perdidamente, y juntos hacen una pareja sumamente tierna, y además demuestran que el amor no tiene edad y la persona ideal para ti puede llegar en cualquier momento y no hay edad para enamorarse.


Sin embargo, lo bueno dura poco: es el cumpleaños de Betty, y el Abuelo piensa en ir a su fiesta, pero justo ese mismo día es en el que la familia va a buscarlo para llevarlo de paseo al zafari. El Abuelo obviamente se niega, diciendo que tiene que ir a la fiesta de Betty, pero Homero no le cree nada, y de todas formas se lo lleva. El paseo resulta un desastre, ya que Homero toma una ruta equivocada durante el paseo y quedan atrapados dentro del auto, rodeados por los feroces leones que están sueltos en su hábitat, y no es sino hasta el día siguiente que son rescatados. Pero momento, ¿Y la fiesta de Betty? El abuelo se la perdió, lamentablemente. Pero eso no es todo, las cosas empeoran aun más, y el corazón se nos rompe a todos: Betty murió, y justamente de eso mismo, se le reventó el ventrículo izquierdo, un parte del corazón, a lo que el Abuelo dice que el verdadero motivo por el que murió es porque se le rompió el corazón, pero porque él no estuvo presente en su cumpleaños. Pero eso no es todo, ya que una vez que estamos en el funeral de Betty, el Abuelo decide ignorar a Homero porque lo considera que por culpa suya se perdió los últimos momentos de la vida de Betty. Claramente, con estas dos escenas (La que el abuelo descubre que Betty murió y la del funeral), uno queda completamente angustiado: tenemos al Abuelo llorando la muerte de su novia, sintiéndose culpable de que su ausencia en la fiesta pudo haberle roto el corazón, y además no queriendo ver a su hijo nunca más por haberlo hecho perder la fiesta. Uff, creo que nunca antes habíamos visto que se planteara tanto conflicto entre dos personajes claves de la serie (En este caso Homero y su padre), excepto quizás en el ya mencionado episodio "¿Dónde estás, hermano mío?". Los guionistas se esmeraron esta vez.


La historia avanza, y descubrimos que Betty no solo era una mujer de una alta posición económica, sino que además en su testamento le dejó toda su fortuna al Abuelo (Habrán estado poco tiempo juntos, pero se nota que fue amor de verdad, de eso no cabe duda), 106 mil dólares para ser exactos. El Abuelo empieza a gastar el dinero, tratar de hacer las cosas mas divertidas que se imagine y que cualquier sueña hacer, pero sorpresivamente nada de eso le termina interesando, resulta ser una persona que no aspira a darse grandes lujos, y solo extraña a Betty, por lo que luego de hablar con el fantasma de su novia (Lo sé, suena tonta, pero es un dibujo animado, pueden tomarse libertades), se da cuenta que lo mejor que puede hacer con el dinero, ya que él no puede disfrutarlo, es donarlo a la persona que mas lo necesite. Además, recapacita y se reconcilia con su hijo Homero. 


El Abuelo avisa sobre la gran fortuna que piensa regalar a quien mas la necesite, y prácticamente todo el pueblo lo visita (Incluyendo Darth Vader y el Guasón, si prestan atención los verán haciendo fila). Esta escena en particular, en la que cada persona le presenta al Abuelo su caso, es con diferencia el segmento mas divertido del episodio. Ya sea con Otto queriendo remodelar el autobús escolar, Moe con un mapa en busca de un tesoro, el doctor Marvin Monroe queriendo hacer un raro experimento social, y el mismísimo Señor Burns, que dinero no le falta, pero por codicioso quiere el dinero de todas formas, cada persona con su propuesta aporta al menos un chiste genial para compensar un poco las cosas luego de tantos momentos trágicos. Incluso el Profesor Frink hace su primera aparición en la serie, queriendo construir un Rayo de la Muerte (Seguro fue uno de los ingenieros que ayudó a construir el rayo de la Estrella de la Muerte ¿No lo creen?). Finalmente, Lisa visita al Abuelo, pero no para pedirle algo (Bueno, si quería un caballo), sino para sugerirle que en lugar de dar su dinero a alguna de las personas que entrevistó, mejor se lo de a los pobres, a los menos afortunados (El sentimiento de nobleza y generosidad de esa niña a veces es de admirarse). Pero hay un problema: el Abuelo se da cuenta que el dinero que tiene, aun siendo demasiado, no alcanza para ayudar a toda la gente que el quiere, así que va a un casino a apostar su dinero. Mala señal, los problemas no acaban. Afortunadamente, Homero justo iba de visita al Asilo para hablar con el Abuelo y decirle que su dinero no le importa (Anteriormente había intentado convencerlo de que se lo de a él), y al enterarse de que va camino al casino, quiere detenerlo. Entonces llegamos a un climax trepidante, con el Abuelo apostando su fortuna, pero inesperadamente ganando y juntando mucho dinero. Pero la suerte puede acabarse, Homero lo sabe, y trata de detenerlo, le pide que se retire. El Abuelo no hace caso, trata de apostar y unas pocas fichas caen en el 36. El Abuelo apuesta, la ruleta gira: sale el doble 0. Homero acaba de salvar a su padre de perder toda su fortuna. Y el Abuelo agradece que su hijo estuviera ahí para detenerlo. Finalmente, se pone a pensar que hacer con el dinero, y se da cuenta que a quien puede ayudar es a los propios ancianos del Asilo, y con el dinero remodela y mejora el lugar en todos los aspectos, haciendo que la vida de los viejos sea mucho mejor de ahí en adelante, un final grandioso para un capítulo que en mas de una ocasión nos dio de formas sutiles el mensaje de que los viejos se merecen ser tratados con dignidad, y que el Abuelo enfatice gastando el dinero para ellos, es el cierre perfecto que se merecía esta capítulo perfecto.


Bueno, este si que es un GRAN capítulo: tenemos un romance conmovedor con un final trágico, la ruptura y reconciliación entre un padre y su hijo, el mensaje de respetar a los mayores, y que se merecen vivir con la misma dignidad que nosotros, y encima montones de chistes inolvidables que me hicieron reír a carcajadas en mas de una ocasión. En cuanto a este apartado, el de la comedia, destacar la breve pero memorable aparición de Lionel Hutz, el abogado estafador que ya en este punto de la serie empezábamos a darnos cuenta que sería una parte fundamental de la serie y un personaje inolvidable, y todo el mencionado segmento de las personas que iban a pedir dinero y sus tontas excusas para considerar que lo merecían. También me hizo reír mucho el momento en el que el Abuelo llama a Homero por teléfono para restregarle que ganó mas de 100 mil dólares y que no le daría ni un centavo, y la escena de la cena en la que el Abuelo le dice a Homero que no quiere el dinero, a lo que este responde que si lo quiere, y el Abuelo remate diciendo "Que pena, no lo tendrás". 
En conclusión, ¿Es un capítulo perfecto? No, claro que no, por mas que me lo parezca, todo tiene su defecto, nada es perfecto y tiene algún fallo, por mas pequeño que sea, pero si tuviera que ponerle un 10 solo a las películas o series que sean perfectas, nunca podría otorgarle esta nota a nada, porque sería imposible. Podría argumentar que tal vez el comienzo del episodio, todo el asunto de la relación entre el Abuelo y Betty, no tiene mucha relación con la búsqueda del Abuelo por querer donar su dinero y ayudar a quien lo necesite, por mas que todo fuera un desencadenante de la muerte de Betty, pero vamos, casi cualquier episodio de Los Simpson empieza de una forma para concluir en una trama quizás completamente diferente, pero incluso la vida misma es así, y prácticamente cualquier capítulo de Los Simpson sufre esta estructura en la que cada uno de los 3 actos esta bien diferenciado del anterior y no esta del todo relacionado, así que no tengo quejas.
Ahora solo les queda comentar a ustedes, mientras esperan mi crítica del próximo capítulo: "Pinceles con grandeza". Pero, ¿Será tan bueno como este o incluso mejor? Pronto lo sabrán. Saludos amigos, nos vemos!

NOTA: 10/10

2 comentarios:

  1. me encanta el final, sentimental, pero sin cargar demasiado las tintas.

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    1. Bien dicho, un buen final sentimental pero no hasta el punto de que sea cursi.

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